Pablo Iglesias y el 2015
JACOBO RIVERO
Cuentan que en los días posteriores al 15-M de
2011, Pablo Iglesias se paseaba por la madrileña Puerta del Sol con cierta
desorientación. Le costaba entender que aquello hubiera ocurrido sin su
participación protagonista. Él, que desde los 14 años había militado en
colectivos de izquierda, era uno más de los miles de ciudadanos que ocuparon
las plazas pidiendo “democracia real”. Iglesias se encontraba allí
insignificante entre una masa con significados diversos. Cuando Iglesias llegó
al centro de la ciudad, en línea recta desde su casa de Vallecas, llevaba un
tiempo ocupando las pantallas de televisiones de formato cutre y escasa
repercusión. Más allá de algunos illuminati de izquierdas, pocos
ciudadanos sabían de su existencia.
El 31 de enero de 2015, Iglesias regresó a la Puerta
del Sol. Esta vez para encabezar junto a sus más cercanos
colaboradores la “Marcha del Cambio” que convocó Podemos para inaugurar un año
político que se antoja decisivo. En esta ocasión todo el mundo le miraba y
le apelaban como a un mesías.
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