Podemos: A la conquista
de la “hegemonía” política
Jacobo Rivero (Publicado en el nº 20 – Diciembre 2014)
“Esto
es un punto de partida. Vamos a construir el partido más democrático,
transparente y capaz de la historia de nuestro país”, señalaba el pasado 27 de
octubre Carolina Bescansa en rueda de prensa, tras conocerse los resultados de
la votación sobre el modelo organizativo que adoptaba Podemos tras el congreso
de Vistalegre. Era el resultado de una especie de primarias no declaradas entre -fundamentalmente- dos formas de
entender la organización, la que proponía el equipo de Pablo Iglesias,
articulada alrededor del documento Claro
que Podemos, y la que encabezaban los también eurodiputados Pablo
Echenique y Teresa Rodríguez al frente de Sumando Podemos. Dos formas distintas de entender Podemos
y sus perspectivas de futuro. El equipo de Iglesias arrasaba con un 80,71% de
votos en una votación en la que participaron 112.070 ciudadanos. Unas cifras
impresionantes si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en las primarias del
PSOE del año 2000, en las que se votó entre José Luis Rodríguez Zapatero, José
Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez para secretario general, participaron algo
menos de mil militantes socialistas. Entonces, Zapatero ganó a Bono por tan
solo once votos. Los tiempos han cambiado y una de las diferencias sustanciales
de Podemos frente a otros partidos es que todos sus procesos los han abierto a
la participación ciudadana por encima de los propios militantes, estructuras
regionales o aparatos de partido. Como han señalado muchas veces, es “la gente”
la que decide, y en esa lógica, el tirón mediático de Pablo Iglesias es
evidente.
Nadie
duda dentro de Podemos, ni tan siquiera el sector crítico,
que la presencia de Pablo Iglesias al frente del proyecto es un elemento
fundamental. En ese tirón social y mediático confiaban los miembros de Claro
que Podemos para ganar el debate de las ideas que se abrió en la asamblea
constituyente. Lo comentaba poco antes de conocerse los resultados un miembro
del equipo de Pablo Iglesias: “Sabemos que si participa mucha gente, más allá
de los propios círculos, nuestra propuesta va a ganar sin problemas”. Así fue,
con la elección indiscutible de la propuesta de Iglesias, Podemos iniciaba un
nuevo tiempo político. De esta manera lo advirtió el propio líder el primer día
de encuentro en Vistalegre ante miles de seguidores: “Ya no somos un movimiento
ciudadano, somos una fuerza política”, de alguna forma, en Vistalegre nacía una
nueva versión de Podemos. Para Teresa Rodríguez, europarlamentaria de Podemos y
militante de Izquierda Anticapitalista (organización que esta en proceso de
refundación tras prohibirse el acceso a órganos de dirección a sus militantes):
“Lo que había de fondo en el debate era la discusión entre dos posturas, una
que pensaba que lo que hacía falta ahora era una maquinaria electoral fuerte,
centralizada y capaz de hacer frente al próximo ciclo electoral, y otra que
piensa que es necesario abrir procesos de empoderamiento por abajo que sean garantía
de un cambio político y social que acompañen al cambio electoral. Era un debate
razonable y sensato”. Y añade: “Sin duda la inmensa mayoría de la gente que ha
participado piensa que lo que toca es lo primero. Lo cual no quita que el
debate sobre la democracia interna y la participación sigan estando vigentes.
Como dijo Juan Carlos Monedero: 'No hay nada que haya quedado grabado en
piedra', así que seguiremos abriendo camino al andar”.
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