Samir Avdic, fingir la muerte para jugar al baloncesto
Jacobo Rivero, periodistas intrépido e inquieto como pocos, gran
entrenador y mediocre jugador, ha escrito uno de los libros de
baloncesto más deliciosos que he podido leer en mucho tiempo, 'El ritmo de la cancha', "historias del mundo alrededor del baloncesto",
La travesía de MirzaEl 3 de abril de 1993 una
expedición de jugadores de baloncesto rompió el cerco de Sarajevo para
jugar el campeonato europeo de Alemania. De madrugada el grupo cruzó la
pista del aeropuerto de la capital de Bosnia y Herzegovina para tomar la
única ruta de salida que había de la ciudad.
Corrieron sin mirar
atrás, en cualquier momento un francotirador podía ajustar el punto de
mira de su arma hacia alguno de aquellos jugadores. Uno de ellos era Samir Avdic, que luego jugaría en Unicaja de Málaga a las órdenes de Javier Imbroda.
"Para salir cruzamos la pista de madrugada, corriendo como locos, para
escapar de las bombas y los francotiradores. Algo inolvidable, porque
era solo una oportunidad, pasas o no pasas. Luego estuvimos dos noches
en un colegio, esperando un autobús para cruzar la montaña de Igman, y
más tarde alcanzar la frontera entre Bosnia y Croacia. Llegamos a Split,
durmiendo en el autobús, y al día siguiente, también de madrugada,
marchamos a Zagreb y de allí a Pore , donde fuimos a un hotel y
empezamos la preparación para el pretorneo". Samir lo cuenta sentado en
una terraza del centro de la ciudad, donde todavía hoy, años después del
final de la guerra, en numerosos edificios de la calle se pueden
distinguir los impactos de bala de aquellos días.