jueves, 1 de enero de 2015








Podemos: A la conquista
de la “hegemonía” política


Jacobo Rivero (Publicado en el nº 20 – Diciembre 2014)


“Esto es un punto de partida. Vamos a construir el partido más democrático, transparente y capaz de la historia de nuestro país”, señalaba el pasado 27 de octubre Carolina Bescansa en rueda de prensa, tras conocerse los resultados de la votación sobre el modelo organizativo que adoptaba Podemos tras el congreso de Vistalegre. Era el resultado de una especie de primarias no declaradas entre -fundamentalmente- dos formas de entender la organización, la que proponía el equipo de Pablo Iglesias, articulada alrededor del documento Claro que Podemos, y la que encabezaban los también eurodiputados Pablo Echenique y Teresa Rodríguez al frente de Sumando Podemos. Dos formas distintas de entender Podemos y sus perspectivas de futuro. El equipo de Iglesias arrasaba con un 80,71% de votos en una votación en la que participaron 112.070 ciudadanos. Unas cifras impresionantes si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en las primarias del PSOE del año 2000, en las que se votó entre José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez para secretario general, participaron algo menos de mil militantes socialistas. Entonces, Zapatero ganó a Bono por tan solo once votos. Los tiempos han cambiado y una de las diferencias sustanciales de Podemos frente a otros partidos es que todos sus procesos los han abierto a la participación ciudadana por encima de los propios militantes, estructuras regionales o aparatos de partido. Como han señalado muchas veces, es “la gente” la que decide, y en esa lógica, el tirón mediático de Pablo Iglesias es evidente. 


Nadie duda dentro de Podemos, ni tan siquiera el sector crítico, que la presencia de Pablo Iglesias al frente del proyecto es un elemento fundamental. En ese tirón social y mediático confiaban los miembros de Claro que Podemos para ganar el debate de las ideas que se abrió en la asamblea constituyente. Lo comentaba poco antes de conocerse los resultados un miembro del equipo de Pablo Iglesias: “Sabemos que si participa mucha gente, más allá de los propios círculos, nuestra propuesta va a ganar sin problemas”. Así fue, con la elección indiscutible de la propuesta de Iglesias, Podemos iniciaba un nuevo tiempo político. De esta manera lo advirtió el propio líder el primer día de encuentro en Vistalegre ante miles de seguidores: “Ya no somos un movimiento ciudadano, somos una fuerza política”, de alguna forma, en Vistalegre nacía una nueva versión de Podemos. Para Teresa Rodríguez, europarlamentaria de Podemos y militante de Izquierda Anticapitalista (organización que esta en proceso de refundación tras prohibirse el acceso a órganos de dirección a sus militantes): “Lo que había de fondo en el debate era la discusión entre dos posturas, una que pensaba que lo que hacía falta ahora era una maquinaria electoral fuerte, centralizada y capaz de hacer frente al próximo ciclo electoral, y otra que piensa que es necesario abrir procesos de empoderamiento por abajo que sean garantía de un cambio político y social que acompañen al cambio electoral. Era un debate razonable y sensato”. Y añade: “Sin duda la inmensa mayoría de la gente que ha participado piensa que lo que toca es lo primero. Lo cual no quita que el debate sobre la democracia interna y la participación sigan estando vigentes. Como dijo Juan Carlos Monedero: 'No hay nada que haya quedado grabado en piedra', así que seguiremos abriendo camino al andar”.





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