miércoles, 22 de abril de 2015

 
Pablo Iglesias y el 2015

Foto: La Veu del País Valenciá - Flirck creative commons
JACOBO RIVERO


Cuentan que en los días posteriores al 15-M de 2011, Pablo Iglesias se paseaba por la madrileña Puerta del Sol con cierta desorientación. Le costaba entender que aquello hubiera ocurrido sin su participación protagonista. Él, que desde los 14 años había militado en colectivos de izquierda, era uno más de los miles de ciudadanos que ocuparon las plazas pidiendo “democracia real”. Iglesias se encontraba allí insignificante entre una masa con significados diversos. Cuando Iglesias llegó al centro de la ciudad, en línea recta desde su casa de Vallecas, llevaba un tiempo ocupando las pantallas de televisiones de formato cutre y escasa repercusión. Más allá de algunos illuminati de izquierdas, pocos ciudadanos sabían de su existencia.

El 31 de enero de 2015, Iglesias regresó a la Puerta del Sol. Esta vez para encabezar junto a sus más cercanos colaboradores la “Marcha del Cambio” que convocó Podemos para inaugurar un año político que se antoja decisivo. En esta ocasión todo el mundo le miraba y le apelaban como a un mesías.






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